Cholos en youtube, cholotube (Visto en el Cholútero.tv)
Hoy apareció una respuesta de Jorge Bruce a Martín Tanaka, a raíz de los comentarios de este último sobre el libro de Bruce. El planteamiento del primero es que el racismo existe en todos los peruanos. En la columna de hoy, Bruce sintetiza:
El racismo subsiste como una patología intra e intersubjetiva, alojada en el mundo interno y en las entrañas de nuestro lazo social: de ahí la dificultad para erradicarlo o, por lo menos, combatirlo (lo cual no está sucediendo). […] [Se] desconoce la fuerza de mecanismos inconscientes, como la identificación con el agresor o la pasividad rencorosa, que es una forma encubierta de actividad negativa. (ver artículo completo)
Por otro lado, Martín Tanaka plantea en su último post (que sirve además de muy buen dossier del debate) que:
El gran cambio está en que hoy ya los criterios étnicos o estamentales no son legítimos como fuente de jerarquización; y no lo son simplemente porque los “jerarquizados” no lo aceptan, no tanto porque quienes gozan de una situación de privilegio hayan cambiado. Esto no significa que todavía no haya mentalidades y prácticas racistas. Muchos de los que se ubican “más arriba” en la pirámide de la discriminación pueden pretender seguir siendo racistas […] El tema decisivo para mí es que el que pretende ser subordinado no acepta la subordinación, y la cuestiona como puede. (ver post completo)
A partir de ambas opiniones es que se han ido construyendo opiniones al medio, terceras vías para leer el problema del racismo en el Perú. Yo más bien quiero introducir algunos puntos a la discusión: 1) El carácter del racismo en el Perú, 2) Racismo y subalternidad, 3) Racismo y exclusión (la mirada fuera de Lima).
¿Qué clase de racismo hay en el Perú? Siempre se ha dicho que aquí no tenemos un racismo a lo Sudáfrica, sino uno más caleta (como justificando el racismo peruano, «no tan brutal»). De ese modo, siempre en las encuestas anuales la mayoría de los peruanos dicen que el racismo existe, pero nadie se reconoce como racista (ver resultados de la encuesta del 2006). Nelson Manrique ubica el racismo-a-la-peruana en sus orígenes coloniales (y en el proceso de reconquista de la península ibérica por los españoles, tomado como modelo para la conquista de los andes), mostrando cómo esta forma de discriminación y exclusión no solamente toma como «marcador» el color de piel, sino también los rasgos distintitvos culturales: forma de hablar, de comer, de vestirse (Introducción a «La piel y la pluma»). Así, una legislación como la del Apartheid que separa claramente blancos y negros no podría ser funcional. El racismo peruano se institucionaliza, con la República, fuera del Estado. Si con la colonia, existían dos «repúblicas» (la de indios y la de españoles), cada una con sus derechos y deberes (desiguales, por supuesto), la llegada de la república propiamente dicha y sus ideales de igualdad entre todos los peruanos, fortaleció la idea de patrones culturales superiores y otros inferiores (ver también el libro «Republicanos andinos», de Mark Thurner, para ahondar más al respecto). Ese «caletismo» del racismo además se reproduce en las formas cotidianas y naturalizadas de nuestra habla diaria. El racismo (robándome de nuevo una idea de Judith Butler) es performativo.
Es cierto lo que dice Martín Tanaka, que en el siglo XX hay un proceso de ruptura de algunas condiciones coloniales. La migración del campo a la ciudad ciertamente representó (representa) un gran cambio de las urbes, aparentemente vedadas a la población andina. La ciudad letrada se vuelve oral. Como pensaba Arguedas, ya no era necesario ir hasta una comunidad alejada para entrar en contacto con ese otro. Las ciencias sociales sintieron un impacto profundo y surgieron nuevas sub-disciplinas, nuevas metodologías. Ahora, el problema está en ver hasta qué punto estos grupos subalternos no reproducían la lógica discriminatoria en ese proceso de emergencia y movilización social. Hasta que punto esa «limeñización» o cholificación no significó (significa) una negación (y finalmente discriminación) de un conjunto de patrones culturales nativos. En una sociedad liberal cada uno puede (o debería poder) ser quien sea, pero no se puede negar tampoco la existencia de reglas de juego predeterminadas, que establecen cómo jugar, cómo entrar al campo social: Formas de vestir, formas de hablar, formas de consumir, etc. Quizá he aquí el punto de intersección entre la hipótesis de Tanaka y la de Bruce: Las clases sociales que conquistaron Lima se cholificaron y en el camino dejaron de ser indios y (es mi hipótesis), porque no tuvieron otra. Mestizo sí, indio no. Esta suerte de reivindicación de lo cholo frente a lo indio, se nota también en la reciente moda «étnica» de ropa con motivos «chicha» en ciertos sectores más jóvenes de la clase media criolla limeña: nos interesa «nuestra cultura», queremos difundirla, pero no toda, «el Perú no son solo montañas y llamas» (racismo y actos fallidos).
Quizá todo quede más claro si miramos el problema del racismo, si salimos fuera de Lima (porque siento además que el debate es bastante «Limacéntrico»). Como mostramos hace unos días, en algunas entrevistas a directores de colegio en Huancavelica, apareció esta figura del «mote» y el quechua como una suerte de «dialecto natural»:
«¿para qué enseñar quechua en el colegio, si ellos ya lo saben? mis alumnos entran hablando mal, pero el mote, como le llaman, se va corrigiendo con los años. al final, mis alumnos saben hablando bien el castellano». (puriri warmi)
Esta idea de la enseñanza del quechua no solamente ha aparecido en estas entrevistas en Huancavelica, sino hablando con otros amigos, aparece también en Andahuaylas y también en la amazonía. La pregunta que valdría la pena hacer es qué clase de habitus (en el sentido de Bourdieu) se va formando en el alumno con respecto a sus prácticas culturales locales. La respuesta es casi obvia: Un menosprecio por la cultura de sus padres, la sensación permanente que siempre hablará mal y que no hablará como un citadino, frustración. Este tipo de situaciones también retrató el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación en su capítulo «Violencia y discriminación étnica». Siguiendo con dicho Informe, no hay que olvidar que el 75% de los muertos y desaparecidos fueron campesinos quechuahablantes. Y que hasta ahora se habla de dichos muertos y desaparecidos como hechos colaterales de la pacificación o costos de la guerra, que viene a ser lo mismo.
Y de nuevo, el debate da para largo.
Ver más:
– Todo debate último sobre el racismo (Virtú e fortuna)
– Respuesta de Jorge Bruce (Perú21)
– Racismo ep2. (bloody hell)
Perútags: racismo peru caleta cholos cholificacion lima ciudad subalternidad historia colonia republica quechua
Quisiera utilizar este espacio para anunciar un blog que se dedicará a realizar una mirada crítica del Opus Dei, de Juan Luis Cipriani y de los ataques de la derecha periodistica contra el bien del país:
http://vaderetro666.blogspot.com/
Revisenlo y participen.
Gracias
Oñoñoy, esto en mis tiempos de La Católica se llamaba paltas existenciales. ¿Por qué en estos sesudos análisis sobre el racismo se omiten referencias esenciales como democracia, ciudadanía y representación? El racismo de los peruanos ni es caleta ni ‘performativo’ esas son maneras de minimizar el problema. Simplemente el Perú es una nación ESENCIALEMENTE racista. Por una parte se glorifica el pasado prehispánico y por otra parte se niega a los descendientes de los pueblos que erigieron la civilización andina, derechos básicos, relegándoles a la condición de ciudadanos de segunda. Ni siquiera tienen la posibilidad de educarse en las principales lenguas del país. Los rasgos étnicos y el grado de ‘occidentalización’ todavía definen las categorías sociales de los peruanos, sin que el concepto de ciudadanía prevalezca sobre las diferencias culturales.
¿Dónde está la madre del cordero? Me da penita leer que hay quien busca el origen del racismo peruano en “el proceso de reconquista de la península ibérica por los españoles” Por favor lean de vez en cuando un poco de historia de España y no se queden en los catecismos franquistas: la península ibérica no fue “reconquistada por los españoles” como dice un sesudo analista. Tras la unión del Reino de Castilla con el Reino de Aragón, El Reino Nazarí de Granada fue conquistado por los castellanos. Este proceso llevó a la unificación religiosa, la victoria militar conseguida por los hispanocristianos les llevó a la expulsión de los hispanomusulmanes y los hispanojudíos. Hablar de españoles y de razas en este asunto es toda una osadía.
Volviendo a la pregunta de la madre del cordero, cuando se hurga en la Historia, se debe tener una perspectiva global, lo que lleva a echar una mirada a los demás países del entorno cuyas civilizaciones también padecieron la invasión española. Dándose una vuelta por Latinoamérica uno encuentra que a excepción de Guatemala, en ningún otro lugar la exclusión de los pueblos que configuraron el país, es tan patente como en el Perú. Además de echarle la culpa a los españoles por la estratificada sociedad colonial, hay que pensar en porqué los españoles tuvieron tanto éxito en el Perú para fundar una república de españoles y una república de indios. No tuvieron ese éxito en todos los lugares de América que invadieron. Sin soslayar la responsabilidad de personajes como el virrey Toledo, pregunto: ¿Esta estratificación no estaría ya presente en los antiguos pobladores del Perú, antes de que los españoles a punta de espada se situaran en la cúspide de la pirámide social? La pregunta me viene, tras constatar que a excepción de Guatemala, en los demás países las categorizaciones raciales son bastante más atenuadas, por razones políticas o culturales. Pues nada, hay les dejo con estas preguntas. No sin antes felicitarles por este excelente blog.
Amigos, el problema del racismo en nuestro país tiene relación con un problema aún más profundo: la todavía inconclusa construcción de una verdadera ciudadanía y una identidad nacional, debido a la secular exclusión que sufrió la mayoría indígena de nuestro país. Esa situación, sin embargo, está cambiando con el proceso de cholificación que cada vez se consolida.
Y el problema también tiene que ver con la distribución del poder, por lo que no se trata sólo de un problema social o patológico (como pretende Cruce), sino es básicamente un problema político. En tal sentido los invito a visitar el blog «TODOS SOMOS CHOLOS»:
http://podercholo.blogspot.com/
Específicamente el siguiente artículo: «Desde este momento el Perú es libre e independiente. La creación de la república y el destino de lo cholo»:
http://podercholo.blogspot.com/2007/07/desde-este-momento-el-per-es-libre-e.html
[…] referidos: elmorsa.com, bloody hell, fabber, cebolla […]
[…] como bien dice el Morsa, el debate parece ser limeñocéntrico y sería necesario conocer como se ve esta problemática en el interior del país. Por ahora, dejo […]
[…] como bien dice el Morsa, el debate parece ser limeñocéntrico y sería necesario conocer como se ve esta problemática en el interior del país. Por ahora, dejo […]
siguen con esto …uf…esto va a cambiar ¡todo cambia! el racismo se extinguira mas pronto de lo que creen.
Eso de fijar y ensalzar el aspecto fisico de alguien tambien es racismo por si no lo saben. Asi que dejen de idoltrar a la gente por su aspecto fisico. Asi combatiran activamente esta lacra.
Excelente Post!