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Buenos Aires y sus afrodescendientes


Fidel Nadal, argentino descendiente de esclavos angoleños.

Ahora, en un artículo dominguero, Mario Vargas Llosa (además de hacer el análisis dicotómico civilización/barbarie de costumbre), hace la siguiente reflexión:

¿Cuál revolución? La del odio. Lo explica muy bien el líder piquetero Luis D’Elía, afirmando que la culpa de esta movilización de agricultores contra el Gobierno la tienen «los blancos». Añade que él «odia» a los blancos del Barrio Norte y quisiera «acabar» con todos ellos. Pregunto a mis amigos argentinos qué quiere decir el líder piquetero con aquello de «blancos». Porque, por donde yo miro, en la Argentina, por más esfuerzos que hago, solo veo blancos. ¿Quiere acabar, pues, el piquetero con cuarenta millones de sus compatriotas? No veo argentinos negros, ni cholos, ni indios, ni mulatos, salvo turistas o inmigrantes: ¿únicamente a ellos está dispuesto D’Elía a salvar de sus fantasías homicidas y racistas? (Borges y los piqueteros, Artículo completo).

Ok. No vayamos a la crítica de lo que dice Mario Vargas Llosa porque, por el momento, no viene al caso. Quedémonos con la pregunta: ¿Quiénes son los «negros» en Buenos Aires?

Estando el 2006 de viaje por Argentina, pregunté a mi hermano (ya afincado algunos años, estudiando psicología en la UBA) por el apelativo «negro» con el que se le llama a los vecinos del popular barrio del Boca, barrio que además ha vivido postergaciones tras postergaciones con respecto al resto de la ciudad. Su respuesta, más o menos, tenía que ver con la ascendencia italiana de los boquenses, sobre todo descendientes de las zonas pobres de la península de la bota. Uhm, primera pista: cruce de raza, fenotipos y clase. Claro, para alguien foráneo «todos son blancos», como lo percibe el compatriota Vargas Llosa. Pero, de hecho, hay algo más.

Que se relacione pobreza con raza no es algo nuevo. Ocurre en varios lados. Existen chistes recurridos siempre cuando se agotan los de Condorito: «Blanco con carro, piloto. Negro con carro, chofer». Podría hacerse un ejercicio inverso, según el cual un chofer se «negrea» a través de un oficio «para negros», mientras que un piloto se «blanquea» a través de un oficio «para blancos». Ay del uso de las palabras.

Investigando, aparece una vaga referencia en la enciclopedia favorita de todos, wikipedia: «En épocas de la Colonia española La Boca era una zona de barracones para los esclavos negros.» Chévere, la pista era buena y quizá el término quedó en los futuros mestizos, en los futuros vecinos del dicharachero barrio boquense. Y claro, ya a nivel más general, hay algunos reportajes y estudios en internet sobre la presencia e invisibilización de la población afroargentina: ¿Hay negros en Argentina? (BBC), Color Humano, Los días difíciles de los negros argentinos (Página/12), Negros en Argentina (Jean Àrsene), entre otros. Está más o menos documentado que buena parte de la población afrodescendiente en Argentina murió como carne de cañón en las distintas guerras que hubo en la parte sur de Sudamérica y que actualmente conforma un 5% de la población total en dicho país:

En realidad, se calcula que hoy, los afrodescendientes en Argentina son entre 1.500.000 y 1.800.000, casi el 5 por ciento de la población total del país (si a esas cifras se les sumasen mestizos y amerindios, el porcentaje ascendería al 15 por ciento). Esos fueron los resultados que obtuvo Laura Fegelman, una genetista argentina radicada en Oxford, Estados Unidos. (Color Humano. Página/12)

Que además se sienta la influencia africana en el ritmo del tango, es algo que se discute cada vez menos (la propia palabra es de origen afro).

De nuevo, preguntémonos, ¿dónde están los «negros» en Argentina? En todos lados, patita.

Actualización. Andrea Naranjo en Luna Antagónica dice que:

«V. LL. desconoce a la población del norte andino argentino, los llamados «cabecitas negras», desconoce a la diezmada población sureña mapuche, desconoce por supuesto, a la población de descendencia africana ( la cual está presente en Uruguay).» (ver post completo).

Mientras que Guillermo Giacosa, argentino enterado y reciéntemente defenestrado del canal del estado (el que transmitió, eso sí, la boda de Juan Diego Florez) dice:

«A los partidarios de Perón se les llamó «cabecitas negras» porque en la escala cromática de la oligarquía argentina eran de un tono que no correspondía exactamente a su clase social. Además, si usted visita Santiago de Estero, creerá estar en una ciudad andina. Y algo parecido ocurre en Salta, Tucumán, Jujuy o en los arrabales de la capital argentina. En verdad, como dicen los neurocientíficos, cada uno ve lo que quiere y esa visión nunca es el espejo de la realidad. (ver MVLL, Borges y los piqueteros).»

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Publicado en General

8 comentarios

  1. No te olvides del «Cholo» Simeone o el «Pelado» Diaz.

  2. Ernesto Ernesto

    Leete Misteriosa Buenos Aires de Manuel Mujica Lainez. Varios de los cuentos son sobre afroargentinos.
    Slds

  3. Porque no hay censo ofical por raza en Argentina?

  4. Me parece injusto que se generalice Buenos Aires como toda la Argentina. Hace dos años Mempo Giardinelli se quejó de que el imaginar a Argentina como un gran Buenos Aires le quita fuerza a las expresiones culturales de otros lugartes como EL Chaco o la Patagonia. Por último, el ejemplo no hubiese funcionado mejor con Julio Cortázar que pasó de ser profesor de colegio a miembro estrella del boom latinoamericano.

  5. fátima fátima

    sobre el caso de los afroargentinos, sugiero revisar las investigaciones de maría josé becerra sobre la esclavitud en córdoba.

    por otro lado, alejandro frigerio (hasta tiene su propio blog: http://alejandrofrigerio.blogspot.com) invetsiga sobre las categorías «negro» y «afrodescendiente» en la argentina.

    en fin, aunque recontra caleta, hay estudios interesantes.

  6. Hola,

    Estoy escribiendo un trabajo sobre los afroargentinos en Buenos Aires. Queria saber si hay alguna obra de ficcion (ademas de la nueva novela «Fiebre Negra») que aborde el tema.

    Gracias,

    Marina

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