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El aplastamiento del tiempo

Reloj de Nagasaki (Wikipedia)
Reloj de Nagasaki. Wikipedia

«Yo no sé, mira. Es terrible como llueve.»
Julio Cortázar

En un post anterior hablábamos de que en nuestros tiempos el futuro es un pequeño y hermoso fantasma. El futuro, como otros tantos mitos de la modernidad, ha muerto y nadie se preocupó siquiera de hacer un funeral decente. El futuro se vuelve entonces un espectro del pasado que irrumpe en nuestros sueños.

Umberto Eco, en un artículo reciente, se refiere al siguiente fenómeno:

He leído una noticia donde se habla de una encuesta realizada en Gran Bretaña: según parece, un cuarto de los ingleses piensa que Churchill es un personaje de fantasía y lo mismo sucede con Gandhi y Dickens. Asimismo, muchos de los encuestados (aunque no se precisa cuántos) habrían incluido entre las personas que existieron realmente a Sherlock Holmes, a Robin Hood y a Eleanor Rigby. […]

El hecho es que ha cambiado nuestra relación con el pasado, probablemente también en el colegio. Una vez nos interesaba mucho el pasado porque las noticias sobre el presente no eran muchas. Con los medios de masas se ha difundido una inmensa información sobre el presente, en Internet se pueden encontrar noticias sobre millones de acontecimientos que están pasando en este momento. […]

En la cultura estadounidense este aplastamiento del pasado sobre el presente se vive con mucha desenvoltura y puede ocurrir que un profesor de filosofía les comente lo irrelevante que es saber lo que dijo Descartes, visto que lo que nos interesa es lo que hoy en día están descubriendo las ciencias cognitivas. Se está olvidando que si las ciencias cognitivas han llegado a donde han llegado ha sido porque con los filósofos del siglo XVII se empezó un determinado discurso, pero lo más grave es que se renuncia a extraer del pasado una lección para el presente. (Artículo completo de Umberto Eco)

Claro, el texto de Eco señala la gravedad del problema. Podemos aquí, sin embargo, enfrentar el asunto de un modo distinto. Más allá de discusiones si la modernidad o la posmodernidad, existe un fenómeno creciente con respecto a nuestra relación con el tiempo. Sobre-exposición, superposición, etc. Vivir en «tiempo real» cambió la idea de una demora entre el acontecimiento y la noticia. El diario, el periódico de ayer en la voz de Héctor Lavoe, se vuelve post, rss, noticia y mensaje instantáneo. Es la edad del «right now».

Algo similar pasa con la muerte del álbum y la «lectura lineal» de una obra sonora. Los textos se recombinan, transmutan o, para decirlo mejor, se «remezclan». En el remix, el tiempo se aplasta y todos los fragmentos se vuelven pasados, presentes y futuros. Esto puede ser discutido desde otros frentes y otras disciplinas. Sujetos desfragmentados, recombinados, recontextualizados.

No ha muerto el tiempo. Solo nuestra manera de vivirlo.

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